Detectan sobre todo antimicrobianos, pero dicen que no afectan a la salud
Una investigación desarrollada en el campus de Lugo ha desvelado la presencia de hasta 29 fármacos diferentes en muestras de agua potable recogidas en Lugo y Chantada. Este estudio ha sido realizado desde el Laboratorio de Hixiene, Inspección e Control dos Alimentos (LHICA) de la facultad de Veterinaria. Concretamente, se trata de una tesis que ha desarrollado Alejandra Iglesias Tilve, bajo la dirección de Alberto Cepeda Sáez y Graciela Nebot, con el título deTrazabilidade en augas da presenza de residuos de substancias farmacolóxicas debido á produción de alimentos de orixe animal.
Iglesias analizó un total de 540 muestras de agua recogidas en Lugo. El estudio preliminar detectó la presencia de algún tipo de sustancias farmacológicas en el 81% de las muestras analizadas. Los residuos de los llamados fármacos antimicrobianos fueron los más detectados, como el trimetropin, la sulfadiazina y el sulfametozaxol, seguidos del diclofenaco, que es un antiinflamatorio.
Además, según las conclusiones de la investigación, el 41% de las muestras recogidas contenían residuos detectables de sustancias con actividad farmacológica con unos niveles de concentración que varían desde 0,5 hasta 2.978 ng/l.
Según explicó la investigadora, las muestras recogidas en zonas con actividad ganadera dieron resultados parecidos a otras tomadas en localizaciones rurales con escasa o nula presencia de ganado. Sin embargo, aclara que el 63% de las muestras tomadas en áreas urbanas también presentan concentraciones detectables de fármacos, «un dato que corrobora o feito de que as persoas, a pesar de tratar a auga, contaminan máis que os animais produtores de alimentos».
Necesidad de extremar controles
De todos modos, en esta tesis también matizan que la presencia de estos fármacos no es preocupante para la salud pública. Aun así, insisten en la importancia de extremar los controles sobre este tipo de residuos en el medio ambiente.
El tribunal encargado de evaluar esta tesis de doctorado de Alejandra Iglesias, que obtuvo la máxima calificación académica, estuvo presidido por el profesor de investigación del Consello Superior de Investigacións Científicas (CSIC), José Manuel Gallardo Abuín.
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